miércoles, 22 de abril de 2020

Felicidades, Tierra



Un año más nos unimos a la celebración del día de la Tierra, hoy 22 de Abril. Como bien sabemos, las situaciones contemporáneas son las consecuencias del pasado y de las actividades del presente. En este momento parece que estamos en un nuevo proceso de cambio, de prestar atención de forma global a nuestra conciencia, es nuestra responsabilidad ya que lo que hagamos ahora repercutirá en el futuro de las nuevas generaciones. Por este motivo tendríamos que concentrar todas nuestras energías con la Naturaleza y con nosotros mismos, pues si algo se puede sacar en claro de esta crisis es el lado solidario que ha emergido en muchas personas.

De nuevo el planeta nos pone a prueba como especie, no al resto del reino animal que campa a sus anchas y recupera con suma facilidad esos espacios, hasta hace nada, vetados para ellos. ¿Cuál ha sido nuestra reacción al conocer la noticia del coronavirus? ¿confinarnos en casa para evitar el contagio? El miedo, como respuesta emocional, es libre y nos hace reaccionar cuando vemos un peligro cercano. Los humanos, como grupo, en cierta medida, nacemos para preservar el ciclo de la vida en la Tierra, no para maltratarla, contaminarla y arrasarla con experimentos o guerras. 

La vida no es un juego, es un derecho y está por encima de los gobiernos, creencias, los intereses particulares, etc. Todos llegamos al mundo desde la oscuridad buscando la luz y, cuando por fin la encontramos, lloramos de alegría por el regalo de la existencia, por encontrarnos en un hermoso planeta verde y azul.

La Naturaleza no engaña, ni daña, lo que hace es darnos más y más oportunidades. Los latidos de la Tierra se muestran lentos pero su furia aumenta como se puede percibir y sentir. Al menos una parte de la sociedad se muestra plenamente convencida que la Tierra es nuestra y que pueden hacer lo que quieran por su ambición hacia ella. Sin embargo, el planeta no es de nadie, como bien reflejó el jefe indio Seattle de la tribu Suwamishen (1865) en su conocida carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, en todo caso de sí misma como parte del Cosmos. Tendríamos que vivir en armonía con ella, valorarla, amarla y darle gracias una y mil veces por todo lo que nos regala cada día. ¿O acaso no tenemos solución?

Nuestra actitud puede marcar desde ya el éxito o el fracaso, evitemos que se puedan repetir épocas de atrasos culturales y sociales de todo tipo a donde nos han llevado periodos regidos por los fanatismos y la ignorancia. Como sabemos, somos más de siete mil millones de almas que, de forma asimétrica, consumen en muchos casos desaforadamente los recursos naturales del planeta, cuando solamente un árbol tarda varios años en crecer y dar frutos pero se tala en apenas diez minutos. ¿Acaso no se piensa en este tipo de hechos? La cultura, la cooperación, la ciencia y la investigación es lo que nos ha permitido llegar a nuestro estadio evolutivo inteligente. La extraordinaria capacidad que tiene la mente humana para concentrarse en algo, unido a su inventiva para proporcionar soluciones a los posibles problemas, es sorprendente. 

Estas líneas quieren trasmitir un momento y una ocasión para la reflexión, sea poca o mucha, pues la visualización, como la meditación, nos ayuda a navegar por los mares interiores y ampliar los límites de nuestra realidad; viajes de exploración y descubrimiento que nos podrían dar información y pistas útiles para el futuro. Nuestra mente es una fuente de energía inagotable y si la sabemos aprovechar, entre todos, sería un gran paso para conciliarnos con la Naturaleza. Para terminar únicamente me resta ofrecerles un gran abrazo de árbol.

No olviden sacarle brillo a la vida, hasta los metales lo necesitan.

Fin

1 comentario:

  1. Querida Vicky tus palabras sirven de reflexión que bién sabes expresar los sentimientos y el camino para un mundo mejor. Un abrazo. Àngels

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