Un año más ha llegado
fiel a su cita la primavera, la vida se hace patente y se muestra de mil
maneras como nos recuerda el mito de Perséfone. Justamente en esta estación del
año todas las flores están más hermosas, un maravilla de la Naturaleza.
Las orquídeas son el
respiro, la armonía y la energía de nuestra casa. También las protagonistas de
las visitas y ellas lo saben. Son jóvenes, apenas tienen un año. Me las regalaron
mis amigos para que me contagiaran la alegría de la vida; algo que en estos
momentos viene muy bien. Las plantas son seres vivos y como tales perciben el
estado de ánimo que hay su alrededor. A ellas les hablo como a las anteriores,
que vivieron casi veinte años.
Tenemos que saber valorar
lo que hay debajo de nuestros pies, lo que pisamos tienen más valor que todo el
oro del mundo. La Tierra, la Naturaleza, nos da todo a cambio de nada.
No quisiera olvidarme de
los alegres geranios de mi balcón, con todo su colorido y la energía que me
transmiten.