Pisar de nuevo suelo griego es una de las experiencias más exultante que
he vivido.
Grecia me ha vuelto a sorprender. De nuevo encuentro las puertas
abiertas de par en par en la acogida de sus gentes. Viajar es bueno para
aprender y valorar otras culturas. Por unos días saboreas todo y asimilas lo
nuevo que se abre ante nuestros ojos. Fuimos invitados a una boda griega. Ha
sido una experiencia enriquecedora asistir a la ceremonia ortodoxa y a la
celebración. Con las diferentes danzas lees el pasado de sus gentes. Es un arte
con alma. Con sus pasos transmiten la energía, la elegancia al ritmo de la
música. También visitamos las islas de Salamina y la de Santorini.
En Salamina la imaginación se desborda con el recuerdo de la famosa
batalla que acaeció en ese lugar.
Unos días después volamos hacia la isla de Santorini, fruto de
erupciones volcánicas con un gran pasado como nos muestra el sitio arqueológico
de Akrotiri.
Sus aguas suaves y cristalinas son una invitación a la reflexión serena
y placentera.
Se puede pedir más...sí, volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario