martes, 1 de julio de 2014

Nuestra ciudad natal





Volver a Tánger ha sido un viaje, después de años sin poder hacerlo por motivos de salud, estimulante y gratificante.

En mi vida pesan más las raíces que las alas. La felicidad en mis ojos no ha sido un espejismo, sino la dicha de reencontrarme con mi ciudad natal. He tenido la fortuna de nacer en Tánger. La suerte, casi siempre, hace bien las cosas.

Cuando uno viaja no debe imaginarse lo que dejo atrás, ni lo que va encontrar porque siempre resulta diferente. Tánger es una ciudad llena de contrastes, ese es su atractivo.

El encanto de sus gentes, lo abigarrado de sus antiguas calles, sus zocos, sus tiendas, la magia de antaño y la de hoy, impregnan toda la ciudad.Tánger es como nuestro corazón, nos pertenece.

Para los tangerinos es nuestra joya de la corona. No es una ciudad de paso, hay que verla y sentirla, disfrutarla y volver una y otra vez.
Viajar implica conocer gentes, lugares, gastronomía, arquitectura etc. Así entenderemos que existen otras culturas, la diversidad que nos abre los horizontes.

Gocen de la vida, los viajes, la familia, los amigos, todo el entorno que tengan ya que cada día es un milagro.

1 comentario:

  1. Qda. Vicky, cada día te superas más. Eres un ejemplo a seguir para los que te leemos. Al menos a mí siempre consigues levantarme el ánimo por la vida con la sensibilidad, vitalidad, felicidad, etc. que destilan cada una de tus palabras. Gracias por ser como eres y compartir tus extraordinarias vivencias. Besos y un abrazo a "Ceaucecu" que también siempre es mi ejemplo de buena persona en lo que nos une (vuestro amigo Salvador).

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