Mi visita
este año a la escuela Italiana de Tánger, que fue en su inicio el palacio de
Muley Hafid. Tengo que agradecer la atenta gestión de la señora Elena del
Sorbo, secretaria de las dependencias consulares italianas en Tánger que nos
facilitó la mencionada visita así como a nuestro guía. El conserje que nos
atendió con toda amabilidad.
La
añoranza es lo que nos lleva a recordar e ir a donde vivíamos, estudiábamos,
siendo una parte muy importante de nuestra vida. Tuve que contener el aliento
al regresar a mi escuela, no así las lágrimas. Hoy solo tengo contacto con una
compañera de clase, África Frontana que vive
en Brasil y que encontré afortunadamente a través de la red. Si alguna de las
compañeras que figuran en estas fotos, que conservo con todo cariño, se
reconoce, me gustaría mucho saber de ella.
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