Este mes es el aniversario de la existencia de www.lastardesdete.com;
hace ya 22 años de sus inicios y, sin duda, ha sido una andadura de largo
recorrido. Hoy no es más que un recuerdo de cuando se reunían en casa, durante
dos y, en ocasiones, tres días seguidos unas sesenta o setenta personas.
Muchísimo trabajo y un gran esfuerzo, pero un logro
del que me siento orgullosa. Las redes sociales representan un espacio que ha motivado
un cambio en el mundo. Gracias a la web hemos compartido vivencias, logros y esperanzas.
Recuerdo a muchas personas que ya no están entre nosotros.
Hace años que no preparo el té, se nota un gran vacío,
la ausencia de mi marido ha marcado el final. Ahora solo escribo. Una taza de té
en compañía siempre fue un momento mucho más placentero, pero en este momento es
lo que corresponde. Guardo como un tesoro ese tiempo de sentirme entusiasmada y
útil. Ha sido un privilegio que me ha dado la vida para evolucionar y tener
mucha suerte para llegar hasta aquí. Como espíritu inquieto, fui una pionera de
la red y desde entonces llevo todo este tiempo navegando por los mares digitales.
Una forma de mirar al futuro y dejar una pequeña huella.
Ahora necesito seguir estando sola, hacerme pequeña, casi
como una gota de ese té que tanto bebimos, degustamos y saboreamos, y
reflexionar delante de la taza dando gracias por tener unos hijos estupendos,
una familia extraordinaria y buenos amigos. En muchos casos, a pesar de la
distancia física, la web permite que se mantengan verdaderamente cerca.
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