Una cascada de recuerdos
y sentimientos han recorrido mi mente en mis dos últimos viajes sin mi marido. La
visita a mis tíos Félix y Angelita ha sido una gran alegría después de unos
años sin poder ir a verlos en persona y no solo escucharlos por teléfono. Ellos
habían venido a Gran Canaria y era de recibo acudir a estar con ellos.
Ambos son un ejemplo de
generosidad y hacen de su hogar el lugar más perfecto en cualquier ocasión
especial o, aunque no fuera el caso, preparar rápidamente un almuerzo o una cena
para todo el que llega. Con una gran mesa, para disfrutar de la buena cocina y
la charla al final, como cuando éramos pequeñas y comentábamos las fotos. Una
que aúne recuerdos de épocas pasadas y momentos aún por venir. Qué rica paella
nos hizo más otras tantas cosas muy buenas.
No hay nada más valioso
que la familia unida. Tienen unos hijos extraordinarios, unos nietos y
biznietos guapísimos. Todos alrededor del gran corazón de la madre y la mirada
complacida y aprobadora del padre. El amor que pone mi tía en todo lo que hace
es su seña de identidad.
Nos sentimos muy felices
esos días juntos. Una casa bien ordenada con unas energías positivas te hace
dormir y sentir cómoda y dice mucho de sus habitantes. Ella es la matriarca, la
guardiana de la familia, eternamente pendiente de todos preocupada por el bien común.
Siempre demostró el verdadero amor de madre que es el de ida sin vuelta con
mucha generosidad y muy poco egoísmo. En su entorno han logrado hacerse una
imagen a la altura de su valía, todos los respetan, los quieren y los valoran. Los
dos unos luchadores que predican con el ejemplo. Son una bendición y un orgullo
para la familia, ese es un legado que les dejan a sus hijos.
Qué grato es recordar cómo
disfrutamos mi hermana y yo en su huerto con sus higueras cuajadas de frutos riquísimos
sin pesticidas, lo que hoy llamamos ecológicos. Cuando uno coge un fruto
directamente del árbol la pieza sabe mejor Es la misma vida la que atrapas hecha realidad,
es esa energía viva que tanto bien nos hace. Hoy 18 de noviembre cumple mi tío
88 primaveras cada momento vivido es una experiencia que vamos acumulando en
nuestro equipaje. Muchas felicidades tío y felices nosotros por tenerte. Ya
queda poco para alcanzar la meta de los 90. Sigue así de guapo y presumido. Siempre
fuiste un galán, estás hecho un dandi con un porte envidiable.
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