Parece que fue ayer cuando iluminamos nuestras
vidas dándonos el “sí quiero” un 8 de Agosto de 1965, en la Catedral de Tánger.
Cuando se está en la luna de miel, uno piensa
que hay miel para rato…
La luna de miel es como una gota de rocío que
antes o después se funde y desaparece, pero siempre dejando huella, y perdura
en los ojos de cada uno.
“Quien no comprende una mirada, tampoco
comprenderá una explicación” Proverbio árabe.
El secreto de la convivencia es hacerla
sencilla. La confianza y el respeto son una buena base.
Estos años han sido una búsqueda constante, con
sus inquietudes, sus sorpresas, sus alegrías, y siempre como una recién casada
amante de la vida y cuidando los pequeños detalles.
A lo largo de cincuenta años juntos, pasan
cosas, algunas imperfectas. Hay cambios inevitables que uno asume, pero con un
feliz resultado.
Hemos llegado hasta aquí luchando, y no nos
hemos rendido…ni tan siquiera a la evidencia…
El amor va a más, fluye con energía; con solo
mirarse a los ojos, no se necesitan palabras y es el motor para crecer como
pareja.
Hoy no he querido ponerme pendientes ya que mis
joyas más valiosas las luzco delante de todos nosotros, con orgullo…nuestros
hijos.
Con nuestro cariñoso recuerdo a los seres
queridos y amigos que fueron testigos de nuestro enlace.
Gracias por vuestra presencia y compartir con
nosotros esta dicha… hasta los próximos cincuenta…
Las Palmas de Gran Canaria a 8 de Agosto de
2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario