Mi querida Salwa, ayer estuve en tu casa,
después de tu partida.
Con los ojos del alma acariciaba tu recuerdo, el de tu
querido esposo Adnan y el de tu estimada cuñada Da. Cuantos gratísimos y
felices momentos hemos tenido con la familia en ese vuestro hogar.
La vida nos
brinda frecuentes razones para vivir cada día y tenemos que aprovecharlas.
Siempre decimos que tenemos una vida pero pienso que no es así, es ella la que
nos tiene a nosotros y esa fuerza de la vida la tenemos que valorar y apurar al
máximo su existencia, ya que no viviremos...toda la vida.
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