viernes, 12 de julio de 2013

Una pincelada sobre Marbella



Con ojos bien abiertos, con golpes de calor y sol hemos recorrido hace un mes, una parte de Andalucía. Por último la bonita ciudad de Marbella.
Marbella ha sido romana, árabe y cristiana. Sus calles son pequeñas, edificadas según la arquitectura árabe mediterránea.
No todas las ciudades tienen la misma historia ni las mismas cosas, ni las mismas calles.
Viajar te da cultura, cada rincón puede ser un instante, pero la sensación perdura todo el tiempo que quieras. Después de nueve años sin pasar por Marbella he notado con agrado, su verdor y la vida que tiene.
A mí me seduce especialmente el casco antiguo de Marbella desde la llegada de los fenicios hasta hoy.
La imaginación se hace patente viendo sus calles, limpias, cuajadas de plantas y flores frescas con un gran ambiente de terrazas y comercios.
Es una ciudad que canta y habla al tiempo.
Cuantas cosas se perciben sintiendo las piedras debajo de tus pies.
Es la libertad del espíritu la que analiza cada movimiento para encontrar la energía que cada ser va dejando por sus calles, sus árboles, en sus iglesias y esa devoción por lo espiritual.
Las ciudades con historia hay que verlas, sentirlas con el alma, para valorarlas más.
Me sentí a mis anchas. No dejen de pasar por “La Casa del Té” a saborear un té diferente, en la calle Ancha nº 7, en la terraza, se sentirán enamorados del entorno.



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