miércoles, 19 de junio de 2019

Orquídeas secas




Como cada año disfrutamos de la belleza de las orquídeas, de su energía, armonía, juventud y alma. La otra parte de la realidad es ver la posibilidad de sacar partido a lo que ya fue, es decir, a pesar de estar secas, tienen mucha alegría y vida aun. Lo mismo nos pasa a los humanos. Es otra etapa de la vida, una faceta donde si uno es consciente de su realidad lo puede aprovechar para uno mismo y los demás.
Las flores podrían estar en la basura y, sin embargo, se encuentran decorando un cesto con una bonita planta. Lo mismo podemos hacer las personas que hemos superado los setenta u ochenta, aprovechar el tiempo que es lo más valioso que nos da la existencia. Todos nos aferramos a él, a los momentos que vivimos, ya que si nos falta no somos nada, no hay latidos en nuestro corazón, ni oportunidad de soñar, viajar, disfrutar... Por tanto, sería mucho más aconsejable gozar de la familia, los amigos y de todo lo que nos rodea.
La actitud positiva es la que nos mantiene vivos, la queja no nos conduce a nada, y sin duda la vida nos sorprenderá a cada instante. Si nos valoramos a nosotros mismos, nos sentiremos útiles. Adornaremos nuestra existencia como con las orquídeas secas pero vivas, en el cesto que todos traemos al nacer y que hay que rellenar, antes de partir, dando nuestra energía en el esplendor de la vejez. No olvidemos que la energía no se destruye solo se transforma, como las flores.
La vejez nos ofrece muchas oportunidades después de la experiencia de recorrer el maratón de los años. Hoy el té me hace reflexionar alrededor del camino que nos muestran las fotos, nosotros estamos en paralelo. Así lo veo. Hoy lo que cuenta son las palabras dichas y hechas con amor. Es lo único que queda para el recuerdo. Todas estas plantas preciosas son regalo de los amigos que me quieren y quiero. Gracias. Me habéis dado una oportunidad para hacer este escrito. Ya lo decía Buda, uno aprende hasta mirando una rosa. Este té va por todos vosotros.
Termino con un pensamiento que oí una vez: A veces es necesario ver la oscuridad, para valorar la luz.


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