domingo, 16 de agosto de 2015

Bodas de oro


Parece que fue ayer cuando iluminamos nuestras vidas dándonos el “sí quiero” un 8 de Agosto de 1965, en la Catedral de Tánger.

Cuando se está en la luna de miel, uno piensa que hay miel para rato…

La luna de miel es como una gota de rocío que antes o después se funde y desaparece, pero siempre dejando huella, y perdura en los ojos de cada uno.

“Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una explicación” Proverbio árabe.
El secreto de la convivencia es hacerla sencilla. La confianza y el respeto son una buena base.

Estos años han sido una búsqueda constante, con sus inquietudes, sus sorpresas, sus alegrías, y siempre como una recién casada amante de la vida y cuidando los pequeños detalles.

A lo largo de cincuenta años juntos, pasan cosas, algunas imperfectas. Hay cambios inevitables que uno asume, pero con un feliz resultado.

Hemos llegado hasta aquí luchando, y no nos hemos rendido…ni tan siquiera a la evidencia…

El amor va a más, fluye con energía; con solo mirarse a los ojos, no se necesitan palabras y es el motor para crecer como pareja.

Hoy no he querido ponerme pendientes ya que mis joyas más valiosas las luzco delante de todos nosotros, con orgullo…nuestros hijos.

Con nuestro cariñoso recuerdo a los seres queridos y amigos que fueron testigos de nuestro enlace.

Gracias por vuestra presencia y compartir con nosotros esta dicha… hasta los próximos cincuenta…

Las Palmas de Gran Canaria a 8 de Agosto de 2015