martes, 15 de julio de 2014

La escuela italiana




Mi visita este año a la escuela Italiana de Tánger, que fue en su inicio el palacio de Muley Hafid. Tengo que agradecer la atenta gestión de la señora Elena del Sorbo, secretaria de las dependencias consulares italianas en Tánger que nos facilitó la mencionada visita así como a nuestro guía. El conserje que nos atendió con toda amabilidad.

La añoranza es lo que nos lleva a recordar e ir a donde vivíamos, estudiábamos, siendo una parte muy importante de nuestra vida. Tuve que contener el aliento al regresar a mi escuela, no así las lágrimas. Hoy solo tengo contacto con una compañera de clase, África Frontana que vive en Brasil y que encontré afortunadamente a través de la red. Si alguna de las compañeras que figuran en estas fotos, que conservo con todo cariño, se reconoce, me gustaría mucho saber de ella.



viernes, 11 de julio de 2014

Recuerdos




Una mirada hacia el recuerdo… Hoy como ayer estoy unida a mis emociones con la mirada puesta en el pasado que tiene el privilegio de dejarnos en la mente el recuerdo. Los tiempos de nuestra infancia son siempre buenos en el momento que uno los pueda recordar. El tiempo no se detiene, es la mayor realidad que tenemos.

Esta foto con mi familia, mi madre, mi hermana, mis tíos y prima, fue tomada en Tánger en el año 1950 en el mismo lugar, que las siguientes, en esta nuestra última visita lo que me ha hecho sentir de nuevo esos momentos.



martes, 1 de julio de 2014

Nuestra ciudad natal





Volver a Tánger ha sido un viaje, después de años sin poder hacerlo por motivos de salud, estimulante y gratificante.

En mi vida pesan más las raíces que las alas. La felicidad en mis ojos no ha sido un espejismo, sino la dicha de reencontrarme con mi ciudad natal. He tenido la fortuna de nacer en Tánger. La suerte, casi siempre, hace bien las cosas.

Cuando uno viaja no debe imaginarse lo que dejo atrás, ni lo que va encontrar porque siempre resulta diferente. Tánger es una ciudad llena de contrastes, ese es su atractivo.

El encanto de sus gentes, lo abigarrado de sus antiguas calles, sus zocos, sus tiendas, la magia de antaño y la de hoy, impregnan toda la ciudad.Tánger es como nuestro corazón, nos pertenece.

Para los tangerinos es nuestra joya de la corona. No es una ciudad de paso, hay que verla y sentirla, disfrutarla y volver una y otra vez.
Viajar implica conocer gentes, lugares, gastronomía, arquitectura etc. Así entenderemos que existen otras culturas, la diversidad que nos abre los horizontes.

Gocen de la vida, los viajes, la familia, los amigos, todo el entorno que tengan ya que cada día es un milagro.